10 November, 2009

En un primer párrafo.


Era viernes y paseaban por una cuerda floja hacia los jóvenes rayos de sol, que se desdibujaban entre las espumosas nubes abriéndose paso lentamente. Al llegar junto a la tintineante farola se detuvieron, con los pies doloridos y el corazón cansado, no había horas ni minutos que los separaran de la despedida; sólo un abrazo. Finalmente dio media vuelta y se alejó con la única compañía del leve taconeo de sus botas sobre los adoquines. Se sentó en un banco no muy lejano y empezó a escribirle… “Nunca olvidaré la sonrisa de aquella persona cuando me miró de arriba abajo, me puso el manuscrito en las manos y me dijo: -Tu vida no le importa a nadie.- fue el primer consejo que me dieron, y nunca lo he olvidado”.

2 comments:

A. STARDUST said...

¿Es tuyo? me gusta.
Y en efecto, a casi nadie le importan nuestras vidas lo más mínimo... Suerte en la tuya!

Zyz said...

A muy poca gente le importa tu vida...

Pero aún queda siempre la típica persona que realmente quiere cuidar de tí.

Ser realista es bueno. Ser negativo, no tanto.