Lo único que vemos de las estrellas son sus viejas fotografías.

Una de las mejores anécdotas de éste verano, hemos empezado a leer, a soñar, y a crecer contigo...





Ahora vuelta a la realidad, este año pinta bonito y difícil.
A veces, me gustaría poder confiar en más gente, creo que me estoy volviendo demasiado distante del mundo...


Pero por otro lado, con el tiempo hemos aprendido que quien no te busca, no te extraña y quien no te extraña, no te quiere, pues la vida decide quién entra pero nosotros decidimos quién se queda.
Hemos aprendido que cuesta tantísimo confiar en alguien y tan poco destruirlo todo... e incluso que nosotros mismos también podemos hacer cosas de las que nos arrepentimos el resto de nuestra vida, paradójicamente todas esas acciones son las que nos ayudan a crecer. Y en ocasiones la paciencia requiere mucha práctica.

¿Qué prefieres, dulces mentiras o amargas verdades...?
Pues la verdad duele una vez, la mentira, sin embargo, duele siempre.
Hemos de aprender a valorar a quien nos valora, no priorizar.
Y sin embargo, saber que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas.

Al fin y al cabo, madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de la experiencia que con los años vividos y lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser.
Qué corto se me hace el tiempo...

Aún recuerdo esas noches en las que alguien nos leía algo de Harry antes de irnos a dormir.

Bird Song

See how the golden bird tries to fly

He is so angry, beats his wings in vain.

and the brightest jewels upon his back

will not raise his head above the clouds

Unlike the tiny sparrow, wild and free

gathering small pieces to build his nest

for he has nothing yet he can fly

anywhere beneath God's skies.

And loudly the eagle cries his song of war

So piercing and shrill it strikes with fear

Among the shepherds dear gentle lambs

caring nothing for his concert.

by Barry Pennock, /maɪ fəʊˈnɒlədʒi ˈtiːtʃər/