Érase una vez, una pequeña niña, con el pelo corito pero abundante y negro como una noche sin luna, que contrastaba con su blanca y brillante piel, sus manos siempre estaban llenas de tinta, pues era una de las cosas que más reflejaba su afición: entrelazar historias y dibujos (porque no sabía diferenciar entre unos y otros... ¿curioso?). También, creo que puedo afirmar que tenía una pequeña y redondeada nariz a juego con su diminuta boca; nadie sabe realmente de qué color tenía los ojos, y por ello, espero que tú si que puedas averiguarlo...
Nadie la solía ver a diario, incluso hay gente que afimaría que sólo la podías ver una vez en la vida, pues su trabajo era si no uno de los más duros, uno de los más difíciles de llebar a cabo.
...
Sin duda una de las pequeñas historias más extrañas que he empezado a escribir... y bueno, tengo pensado continuarla poco a por aquí, espero que os guste.
Besos!
1 comment:
Y que espero que la continues.
Ada.
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