Últimamente, vivo arriba de la nube, no me paro a pensar en lo que me rodea porque no lo miro.
Sólo observo lo de siempre, la falta de pararse a pensar las cosas antes de actuar, el enfadarse por tonterías.
La frialdad de las palabras sin (querer) sentirlo y la distancia de un fin de semana.
Y al final ya no te das cuenta de todos aquellos ojos que te miran en la oscuridad, cada vez hay menos, pero no creo que se estingan, y si lo hacen al menos algún día sabré que al menos ellos han estado ahí.
Unas veces los necesitas y otras veces agrades que estén ahí, incluso hay veces que se hacen invisibles porque no te caben en la cabeza, pero deberían de caberte porque luego de repente te acuerdas y puede que entonces sea demasiado tarde.
Por eso últimamente cometo el error de no mirar bien antes de dar un paso, espero recordarlo más adelante.
Gracias...
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