08 March, 2010

200. Muchas veces me he enamorado de la placentera muerte.

El hombre de cristal.

No me atrevo,
no me atrevo a escribirlo,
si te mueres.

(Pablo Neruda - La muerte)


Te quiero, te quise.
Y sé que no lo digo, quizá mi indiferente corazón tenga demasiada escarcha cuando no la necesita, me hubiera gustado decirte tantísimas cosas, significabas tantísimo para mí y sin embargo qué poco sabíamos el uno del otro estos últimos años, qué poco sabías de todo lo que pasaba por mi cabeza (y como si fuese poco...).
Me has estado observando desde un rinconcito, casi como hago yo con el mundo.
Me has visto hacer de todo y de nada.
Te he escuchado disimuladamente y te he querido en silencio.
Y siempre hemos guardado un trozo especial del corazón para el otro.
Y sin embargo, ya está.
En el fondo lo sabía, sí, pero soy tan ilusa y bulnerable, siempre creo que hay una pequeña luz oculta en la frondosa oscuridad de las cosas, construyo castillos de arena de los que más tarde acabo pagando el alquiler, ese alquiler que antes me ayudabas tú a pagar.
Y justamente la última vez que te vi aparentabas naturalidad paseándote por mi habitación mientras hacía como que estudiaba en una mañana de domingo.
Y ahora las lágrimas llevan ya tres horas paseándose por esa habitación.

Creo que nunca lo leerás, pero esto... es para ti:

Por las palabras que, atrapadas

en el borde de los labios quedan.

Por emociones que, encerradas

en la horca a sus dueños cuelgan.


Por todo aquello que asfixia.

Por un día negro en el alma.

Por una sombra perdida.

Por una palabra encontrada.


Somos quienes somos, niños

perdidos en mundos de males.

Somos quienes somos, islas

en medio de clones, de iguales.


Somos orillas de nuestros mares.

Somos mares de orillas distantes.

Somos niños sin inocencia.

Somos huérfanos con padres.


Tienen suerte de, que la vida sea injusta.

Tienen suerte de, poder arrasar sin sentir.

Tienen suerte de, poder siempre pensar,

y no con el corazón.


Cambio los sueños por la realidad.

Y una vez en ella comienzo a soñar.

la flor arrancada se va a marchitar

Y caigo en la cuenta: Tener es matar.

(Paula Villalba Pérez)



No es nada.
Un beso.

Rezas a no sabes qué, ni a quién, pero rezas.
Y no sientes nostalgia por la vida que no tendrás, porque para entonces habrás muerto y los muertos no sienten nada, ni siquiera nostalgia.
(Mi vida sin mí)

2 comments:

Anonymous said...
This comment has been removed by a blog administrator.
Raül Lozano said...

Me gustó mucho el poema cuando lo leí.