24 March, 2010

Improvisación: Menos tener, más ser.



Nos gusta cerrar los ojos y olvidarnos del mundo… como si durmiéramos.
Nos gusta permanecer impasibles, tirando la piedra y escondiendo la mano.
Y luego nos ponemos la medalla de "valiente".
Sí, somos valientes porque nunca decimos "esto me supera", seguimos adelante y nos atrevemos a hacer miles de cosas (y demasiadas sin remordimientos), pero ¿a costa de qué somos tan valientes?...

De ver la parte bonita, y no ser consecuentes, de dejarse llevar.
Y lo peor es que en el fondo sabemos que algún día acabaremos con nosotros mismos, de echo ya lo estamos haciendo, lenta pero inexorablemente.
La sociedad está enferma, de cáncer provocado por nuestra propia contaminación, nuestros propios transgénicos y nuestra propia porquería, y en lo único que pensamos es en tener un coche nuevo al sacarnos "el carné", en tener la mejor casa, en cambiarnos de móvil, y tener todos los dias un paquete nuevo de tabaco, de tener la mejor ropa, el mejor trabajo, y sin preocuparnos de lo que somos, o en lo qué nos convertimos.
No hay ricos sin pobres, no hay gobernante sin gobernado… y qué triste es tener pensar de la vida que "o chafas o te chafan".
Qué triste es recibir sin aportar nada, qué triste es matar a tus seres queridos inconscientemente, y qué triste es nuestro objetivo de querer más, para al fin y al cabo ser cada vez menos.
Pero sobre todo, qué triste es que tener pagar nuestra propia sentencia.

Queremos ser libres, y no necesitamos pedir permiso para serlo, pero para ello tendríamos que pagar el alto precio de poder ser consecuentes de nuestros actos, y eso siempre se nos olvida… aunque ¿para qué? si con unos simples papelotes se puede pagar esa libertad sin tener que preocuparte de tus actos, sin tener remordimientos de explotar o contaminar.

Lo que no sabes es, que al final acaba contigo lo que estás creando, pues aunque puedas comprar salud (que por cierto, es cara), si el mundo donde vives está enfermo acabarás contagiándote.
Y entonces caes en la cuenta de aquello que te decían en el cole: ... todo es una cadena.
Lástima que para entonces ya será tarde para que el dinero que has conseguido a raiz de todo te salve. Pero tranquilo, no desesperes, tendrás un bonito ataud.

Y sin embargo, nos encanta cerrar los ojos... se está muy a gusto así.

1 comment:

Beatriz Arias said...

Y es que se está muy agusto con los ojos cerrados, sí... aunque de vez en cuando conviene ser consciente del mundo en el que vivimos...