Finalizó su informe de manera abrupta, como si de pronto se le hubieran agotado las palabras, y cuando enmudeció, se hizo un tremendo silencio en la gran cocina.
Farid había traído con él a un huésped invisible: el miedo.
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Miedo, miedo a lo desconocido, miedo a lo que ignoramos, miedo a todo lo que no podemos llegar a imaginar, a pensar, a aprender y a entender.
El miedo nos hace ignorantes, pero aún así no podemos evitarlo, siempre caeremos en la misma trampa una y otra vez sin poder evitarlo, y todo porque sentimos miedo a todo lo que no tenemos la capacidad suficiente para entender o aceptar. Además de que por ello hay tantas diferencias en el mundo, como todo lo que nos separa a unos de otros, las decisiones que tomamos en la vida, las religiones, las metas, las razas, los países...
Por todo esto una simple bandera ondeando en lo alto de un mástil puede llegar a separar a dos personas, por muy parecidas que sean, como una simple frontera puede llegar a ser la diferencia entre pasar hambre y no pasarla...
Cuánto nos queda aún...
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